FICHA TÉCNICA
Autor: Mario Benedetti
Editorial: -
Número de páginas:-
Valoración: Muy bueno
REFLEXIÓN
Es Benedetti, como no caer con su prosa. Como no comprender a sus personajes, como no entender al "señor" cuando se cuestiona todo, cuando sabe que viene el ocio y que no lo quiere desperdiciar, pero no sabe cómo. Porque el tío Benedetti en este libro habla de lo que probablemente son los temas que más nos atormentan y ocupan nuestro tiempo. El ocio y el Amor, si así con mayúscula y todo, porque es protagonista, secundario, causa y factor, elemento y todo.
Porque cuánto tiempo podríamos estar hablando del Amor, y quizás nuestra vida es eso, la vida es eso. Na' mentira, pero sería lindo, quizá. Y el ocio, tanta responsabilidad al no querer perder el tiempo. Muchos ya nos sentimos así, tanta presión, tanta ilusión, tanto sueños que realizar y seguir por más.
Sobre el Amor, qué buscamos? -es divertido esto de hacerse preguntas, porque no creo que quiera una respuesta, pero me deja un poco vacía no tenerla- no creo que busquemos únicamente un compañerx, ni la satisfacción personal egocéntrica y superficial; pero al final, ambas son las que nos dominan más, generalmente, porque el egocentrismo y la superficialidad nos llenan de prejuicios y codigos. Nos llenamos de codigos, prejuicios, tiempos, permisos y prohibiciones todo el tiempo, especialmente cuando de Amor se trata.
Quizás nos llenemos de tantas cosas porque el Amor nos hace poderosos, poderosamente estúpidos.-en todo sentido imaginable y no imaginable de la palabra-
martes, 24 de junio de 2014
La Tuneladora
FICHA TÉCNICA
Autor: Fernando Lalana
Editorial: Bambú
Número de páginas: 216 páginas
Valoración: Bueno
REFLEXIÓN
Ambición, Competencia, Individualismo, Hipocresía. Lo anterior son los ingredientes o razones necesarias para que algunas personas hagan ciertas cosas indeseables socialmente, como matar.
La competencia, aquella que nos inculcan diariamente, esa riña en que nos comprometieron desde el primer día, quizás en lo más notorio es en el colegio, pero vivimos todos los días con la presión de Deber ser mejores. Y ahora las preguntas más importantes, la que de seguro no todos nos hacemos, o al menos no lo suficiente. ¿Ser mejores que quién o qué?, ¿por qué ser mejores? y ¿para que nos serviría realmente ser mejor que todos?, y ahora las probables respuestas: para la primera tenemos dos principalmente " debes mejorar personalmente, a raíz de la auto critica, por ti" he ahí la respuesta romántica, la que tiene algo de razón, la que te llama a no ser estoico, a expandir tu conciencia y capacidades; "debes ser mejor que todo el resto, si puede hacerlo debes ser el mejor, te debes lucir" con el seguido de "si vas a hacer algo hazlo bien" ahí lo más crudo, ahí el que él otro, el del lado es tu rival por naturaleza, y tú no puedes ser débil, no debes dejarte vencer. Las dos preguntas siguientes las podemos contestar con romanticismo nato, muy similar al utilizado en la primera pregunta, y mejor. Pero seamos crudos y honestos -bajo el marco de la competencia- porqué se quiere -generalmente- ser mejor, por el reconocimiento, la satisfacción individual y por la satisfacción ·escondida· de estar por sobre el otro. Y esto claramente nos servirá para posicionarnos sobre otros en muchos aspectos, para dividirnos aún más. Por si no es obvio, la competencia nos divide en dos grupos: Los ganadores/poderosos y los perdedores/débiles.
En fin, con la competencia se deshumaniza y cada día se hace más poderosa, porque cada es más desapersivida. Entendiendo que estamos inmersos en un sistema, y que -a mi parecer- no hay forma de destruir -o reformar drástica y revolucionariamente- si no es desde dentro. Cuál es nuestro desafío? Primero, HUMANIZARNOS, dejar de temer vincularnos con otros, mirarnos a las caras, iniciar proyectos en conjunto, vivir juntos y revueltos. Tomar conciencia de donde vivimos, en que vivimos. Luego, darnos vuelta, poner un alto, dejar de reproducir un sistema enfermo, no se tiene porque seguir con el sistema de competencia, no de la forma en como se desarrolla hoy.
La competencia, aquella que nos inculcan diariamente, esa riña en que nos comprometieron desde el primer día, quizás en lo más notorio es en el colegio, pero vivimos todos los días con la presión de Deber ser mejores. Y ahora las preguntas más importantes, la que de seguro no todos nos hacemos, o al menos no lo suficiente. ¿Ser mejores que quién o qué?, ¿por qué ser mejores? y ¿para que nos serviría realmente ser mejor que todos?, y ahora las probables respuestas: para la primera tenemos dos principalmente " debes mejorar personalmente, a raíz de la auto critica, por ti" he ahí la respuesta romántica, la que tiene algo de razón, la que te llama a no ser estoico, a expandir tu conciencia y capacidades; "debes ser mejor que todo el resto, si puede hacerlo debes ser el mejor, te debes lucir" con el seguido de "si vas a hacer algo hazlo bien" ahí lo más crudo, ahí el que él otro, el del lado es tu rival por naturaleza, y tú no puedes ser débil, no debes dejarte vencer. Las dos preguntas siguientes las podemos contestar con romanticismo nato, muy similar al utilizado en la primera pregunta, y mejor. Pero seamos crudos y honestos -bajo el marco de la competencia- porqué se quiere -generalmente- ser mejor, por el reconocimiento, la satisfacción individual y por la satisfacción ·escondida· de estar por sobre el otro. Y esto claramente nos servirá para posicionarnos sobre otros en muchos aspectos, para dividirnos aún más. Por si no es obvio, la competencia nos divide en dos grupos: Los ganadores/poderosos y los perdedores/débiles.
En fin, con la competencia se deshumaniza y cada día se hace más poderosa, porque cada es más desapersivida. Entendiendo que estamos inmersos en un sistema, y que -a mi parecer- no hay forma de destruir -o reformar drástica y revolucionariamente- si no es desde dentro. Cuál es nuestro desafío? Primero, HUMANIZARNOS, dejar de temer vincularnos con otros, mirarnos a las caras, iniciar proyectos en conjunto, vivir juntos y revueltos. Tomar conciencia de donde vivimos, en que vivimos. Luego, darnos vuelta, poner un alto, dejar de reproducir un sistema enfermo, no se tiene porque seguir con el sistema de competencia, no de la forma en como se desarrolla hoy.
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